La Comisión Europea ha publicado hoy la Estrategia de ampliación para 2020 y los informes nacionales preparados para todos los países candidatos y candidatos potenciales, incluida Turquía. La postura sesgada, poco constructiva y de doble rasero de la UE se refleja en el Informe de este año una vez más. El Informe de este año sigue criticando a Turquía con argumentos infundados, sin hacer referencia a sus propias responsabilidades y compromisos incumplidos. Las críticas prejuiciosas, injustas y desproporcionadas sobre nuestro sistema de gobierno, las elecciones, los derechos fundamentales, ciertas decisiones judiciales, decisiones administrativas y medidas legítimas adoptadas en la lucha contra el terrorismo, así como sobre nuestras políticas exteriores, de seguridad y económicas, revelan lo lejos que está el Informe de ser objetivo.

Turquía es, ante todo, un país candidato comprometido con el proceso de adhesión, que de hecho se ha visto obstruido por la postura estrecha de miras adoptada por ciertos círculos de la UE. A pesar de ciertos esfuerzos en sentido contrario, Turquía no se ha distanciado de la UE y sigue comprometida con el proceso de adhesión. Se esperaba que la Comisión hiciera hincapié en este hecho y se abstuviera de toda distinción entre Turquía y los Balcanes occidentales en su estrategia de ampliación.

Las secciones del informe relativas al Mediterráneo oriental, el Egeo y las cuestiones de Chipre se basan totalmente en los argumentos griegos y grecochipriotas. Esta situación empaña la neutralidad de la Comisión. Rechazamos esta perspectiva sesgada e ilegal que no contribuye a resolver la cuestión de Chipre ni a lograr la estabilidad en el Egeo y el Mediterráneo oriental. Además, al poder secuestrar las relaciones entre Turquía y la UE hasta este punto, el dúo griego y grecochipriota aleja a la UE de la sabiduría y la visión estratégicas y también socava los propios intereses de la UE. Sin reivindicar los derechos de nadie, Turquía está decidida a proteger sus propios derechos y aquellos de los turcochipriotas.

En el informe, la sección sobre los criterios políticos y el capítulo sobre el poder judicial y los derechos fundamentales en particular se han redactado en el entendimiento de que no se tienen en cuenta los desafíos a los que se enfrenta Turquía ni las amenazas que plantean las organizaciones terroristas, como PKK/PYD/YPG, FETO y DAESH. El lenguaje utilizado en esta sección no puede tener otro propósito que el de satisfacer a los círculos radicales anti-UE y anti-Turquía en Europa. Turquía, de conformidad con los valores universales, establece un equilibrio entre los derechos fundamentales, la democracia y el imperio de la ley por una parte y la seguridad por otra.

Además, es una grave contradicción que la UE, que afirma estar fundada en valores comunes, no haya abierto todavía las negociaciones sobre el capítulo 23 sobre el poder judicial y los derechos fundamentales y el capítulo 24 sobre la justicia, libertad y seguridad. Turquía espera que la UE comparta la carga y cumpla todos sus compromisos derivados de la Declaración UE-Turquía del 18 de marzo, en lugar de elogiar a Turquía con respecto a su política humanitaria sobre la gestión de la migración irregular.

Aunque en el informe se subraya que la economía de Turquía tiene un buen nivel de capacidad para hacer frente a la presión competitiva y a las fuerzas del mercado en el seno de la Unión, algunas políticas aplicadas por Turquía son criticadas en función del criterio de una economía de mercado en funcionamiento. Turquía está bien integrada en el mercado de la Unión Europea en lo que respecta a los vínculos comerciales y de inversión y se ve directamente afectada por los problemas económicos dentro de la Unión Europea y las fluctuaciones de los mercados mundiales. Sin embargo, al adoptar las medidas necesarias, Turquía está tratando de atravesar este difícil período con un nivel mínimo de daños que afecta profundamente incluso a los Estados miembros de la UE. Además, es revelador señalar un retroceso en las esferas relacionadas con la Unión Aduanera, mientras que la propia UE no ha iniciado negociaciones para actualizar la Unión Aduanera.

En el informe se indica que Turquía ha alcanzado un buen nivel de armonización en 21 capítulos y también se reitera que se han logrado diversos niveles de progreso en 17 capítulos durante el último año. Es un claro testimonio de la voluntad de Turquía de seguir esforzándose por ajustarse al acervo de la UE, a pesar de los obstáculos políticos con que ha tropezado durante el proceso de adhesión.

Deseamos sinceramente que la UE se acerque a Turquía, un país candidato, teniendo en cuenta los grandes intereses y la visión común de nuestro continente, en lugar de los intereses egoístas y estrechos de ciertos círculos, y que desarrolle las relaciones entre Turquía y la UE en todas sus dimensiones de acuerdo con la perspectiva de adhesión a la UE.